Nuestro pasante subpagado sufrió horrores ayer para encontrar a alguien perteneciente al 0,01% de la población, que pudiera suscribir la denuncia según la cual los bonos Soberanos habrían sido asignados a dedo a un 0,000001% de la población venezolana.

«Es un abuso, un asco lo que hicieron con esto» afirmó Rafael García Padrón, economista con 3 postgrados en el IESA, mientras nos enseñaba su catálogo de perfumes para ser pagados en 2 cuotas. «Es una muestra clara de preferencias, de clientelismo, de amiguismo: los bonos se los repartieron entre ellos. ¡Sí, entre ellos: entre el 0,000001 de la población! Yo no sé tu, pero yo siento como venezolano que se vulneraron mis derechos».

Cuando dijimos a García Padrón que nos había costado muchísimo conseguir a alguien que supiera del tema, éste nos dio una lista de personas a las cuáles podríamos llamar para consultar su opinión. El 99,97% de los teléfonos de esta lista corresponden a personas que se han ido del país, o que han muerto, o son amigos imaginarios del economista.

De inmediato, enviamos a nuestro pasante a hacer algo más útil: comprar café en la panadería. Allí consultó al muchacho de la barra y a la mami de la caja, y por supuesto ninguno de los dos tenía la más remota idea de lo que era un bono. Esto nos permitió confirmar nuestras sospechas: que probablemente esta noticia pase a la historia como la menos entendida en la historia de El Chigüire Bipolar. Quizás menos del 0,000001% de la población la comprenda.